miércoles, febrero 28, 2007, rallada de belga_seg a las 2/28/2007 12:49:00 a. m.
De pequeña aprendí que los pies, donde mejor están es sobre la Tierra. También aprendí que éste es el único planeta que se dejará tocar por mí. El resto están lejos, muy lejos; tan lejos que si miro hacia el cielo les tapan las nubes. Inalcanzables. Una vez me los aprendí todos. Ahora sólo sabría nombrar a uno de memoria… a Marte. Es fácil llegar a Marte. Te siento y llego a Marte, te miro y llego a Marte, me hablas y llego a Marte, me escribes y vuelvo a Marte. A Marte es fácil… llegar. Pero tú no eres Marte. Y aunque lo fueses… a Marte se llega, pero no se llega a tocar.
Tú eres… eres quien cierra la fila de los planetas. Siempre apareces al fondo en las fotos de los libros, y nunca aprendiste a bailar el hoola-hop, por eso envidias a quien va tres puestos más acá de ti. Y yo, si supiese bailar, te bailaría alrededor, le robaría el tridente al que está justo delante y te bailaría en el agua… o el agua. Me sumergiría contigo en el Universo, y nos perderíamos, para que ninguna de esas personas que señalan con el dedo en los planetarios nos encontrase. Pero eres un planeta y no te puedo tocar. Me he construido un telescopio; magnifico cada gesto que me regalas, y consigo verte incluso cuando estás más lejos, más… pero eres inalcanzable.
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Espera un momento. Recuerdo que hace unos meses hablaron sobre ti en la televisión. Sí, lo recuerdo perfectamente. “Platón no es un planeta”. “Platón ya no es un planeta”. Se repetía el titular en los periódicos y en los telediarios. ¿¡Cómo no me había dado cuenta antes!? ¡Voy a llamarte para decírtelo! Si ya no eres un planeta… tiene que significar que ya no estás tan lejos, que puede que un día llegue a tocarte, que no eres inalcanzable. Soy la persona más feliz sobre la Tierra… voy a llamarte. No, mejor no te llamo, seguro que estás haciendo algo. Mejor te doy la sorpresa. Aparezco y te acaricio. Abro la puerta y nos abrazamos. Abrimos los ojos y nos encontramos. Es increíble. Platón no es un planeta, Platón ya no es un planeta… ¡ya no eres un planeta! Preparo las cosas y voy a buscarte. No quiero perder ni un segundo más.
Un segundo. Mierda. Suficiente tiempo para darme cuenta… no era Platón… era ¿Pletón?... ¿Plitón?... ¿Plotón?... No, Plutón, era Plutón… Lo sabía… nunca se me dieron bien las vocales. Y además soy tan idiota que no me doy cuenta de que ni siquiera eres un amor platónico… eres imposible.


Canción de la semana: “En parte” (Tiza)
“Y hoy estoy vulnerable, se siente, no miente quien omite la verdad, en parte el arte es una forma más de amar…suavemente afable hasta el final, inquieta y probablemente espesa por eso de darte solo parte de lo que interesa”

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miércoles, febrero 21, 2007, rallada de belga_seg a las 2/21/2007 11:08:00 p. m.
Tuve suerte; conseguí aprender a no desearte. Tarde… Tardé… pero lo conseguí. Y sin embargo, no he logrado aprender a no quererte. Me cruzo contigo en la entrada y ni tus “hola” (es lo único que queda) ni los míos suenan cansados. Así que supongo que para ti todavía soy algo; no esa “gran amiga” que siempre fui, ni la novia que no fui… simplemente algo. En tu estado, la verdad es que dudo si para ti “todo” es ahora mismo algo más que “algo”.
Me preocupas. No puedo evitar sentir pena al verte. Mírate. Tú no eres el chico aquel que paseaba conmigo al tiempo de la mano, ni el único con el que podía mantener conversaciones telefónicas durante más de media hora… Tú no eres por quien comparé una voz al sonido de un rifle al que pedía que disparase una y otra vez. Tú no Eres…
Dicen que en el cambio está la evolución… Así que siento decirte, si es que te importa, que no has cambiado; eres la imagen que se refleja en el espejo de la degeneración. ¿Qué te han hecho? ¿Qué has hecho? ¿Qué te has hecho?
Te negaste a ser marinero y ahora te empeñas en sumergirte en un submarino… Un día, y una tarde, y una noche, y otro día, y la tarde siguiente y la noche posterior… Y no te das cuenta de que si sigues así dejarán de conocerte por El Marine; pasarás a ser El Náufrago. De repente no sabes ni bucear en tus problemas. Tocado y hundido. Jodido. Te has convertido en todo lo que nunca imaginé que podrías ser.
¿Dónde has dejado la cabeza? Me pregunto dónde están tus sueños, tus metas, todo eso por lo que luchaste antes de volver del otro lado del charco y que te llegó a poner en contra del mundo, que te volvió a acercar a mi lado. El día que nos encontramos de nuevo, tres años después, en la puerta de la residencia, traías las maletas repletas de lo mejor de ti mismo, orgulloso de haber llegado vivo hasta el final de un viaje que había sido todo menos un crucero… ¿por qué has dejado que te roben el equipaje? “Cierra la puerta con llave, alguna vez han robado”; seguro que te lo advertí.
¿Sabes lo que más rabia me da de todo esto? Que soy más cobarde que tú por no decirte a la cara lo que escribo… Me importas y me duele verte así. Tengo mala suerte; no he logrado aprender a no quererte… Y sin embargo, ya no te pido que aprendas a desearme, solo quiero que cambies cualquier tarde... Tarde… nunca lo es.
Canción de la semana: “Diferente” (Dani M)
“Yo soy la apuesta que no te puede fallar, soy la respuesta para que no rías sola. Soy tu jugar a ganar, el ingrediente especial de tu coca-cola (…) Soy diferente a lo que habías encontrado, diferente a lo de siempre y no sé cómo explicarlo”

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lunes, febrero 19, 2007, rallada de belga_seg a las 2/19/2007 01:03:00 a. m.
se supone que tenía que haber colgado este post ayer, pero blogger me dio problemas y además me pasé todo el día fuera.... perdóneme usted señora cumpleañera...

Giras, giras y giras cada 18 de febrero… y no, no das la vuelta. Sigues como cuando te conocí recién cumplidos los 24. Bueno… no exactamente igual; ahora eres un poco menos llorona, igual de “peleona”, pero menos llorona. Si algo te han enseñado estos cuatro años ha sido a mantenerte fiel a tus principios abandonando algún que otro vicio de esos que a mí me encantaban. (verte llorar, ya sabes que a mí lo de los cristales me derretía…) Pero bueno, ahora si te veo llorar sé que son menos las veces que lo haces por rabia.
Aquella vez que te regalaron una firma de discos en Segovia (bendita firma…) yo no pude estar. Aún seguía en Bélgica y la única forma que encontré de felicitarte ya no sé ni dónde quedó; probablemente perdida entre alguno de los 21180 posts que he escrito a lo largo de este tiempo en el infierno-cielo de portalmix.
El cuarto de siglo fue increíble. Una semana antes pudimos celebrarlo en Salamanca. Nunca olvidaré aquel concierto, y mucho menos tu cara de felicidad al recibir en medio del escenario aquella tarta. Estabas “pa’ comerte”. Los ojitos te brillaban y hacían de espejo en nuestras caras. Te regalamos un bolso en el que espero que no se te olvidase meter todas las sonrisas que regalaste tú a los que estábamos allí presentes.
Al año siguiente, y el mismo día, nos encontramos en la Plaza Mayor y te di un abrazo gigante. Recuerdo que después de haber estado hablando un rato, me acordé de que quedaban cinco días para tu cumpleaños y al despedirme te dije “ey y felicidades que no queda nada para tu cumple!”. Se te iluminó la cara, los ojazos se te hicieron más grandes y dijiste emocionada “síii”. Me hizo gracia. Cumplías 26 y tenías voz de niña pequeña… quizás esperando un regalo que se retrasó un año entero.
Y los 27 por fin trajeron el ansiado regalo. No nos cruzamos en la circular (¿de verdad tú coges esa línea? Anda… mentirosa…) nueve días después de tu cumpleaños, pero espero que sintieses que yo, al igual que muchísima gente, estaba ahí celebrándolo, lo más lejos a tu lado. Tres años después, demostrándote que el corazón seguía aguantando, y que mientras tú cumplías años nosotros cumplíamos contigo.
Y hoy aquí estoy… para decirte que quedan menos de diez días para que tú, y yo, y nosotros, recibamos el regalo de tu 28 cumpleaños. Llevo cuatro años girando contigo, comprobando que aquella chica de la guitarra que me cantaba “what’s up” desde la pantalla del televisor es real, es de carne y hueso, que cumple años una vez cada 365 días, y que desde que la conozco no ha dejado de demostrarme su cariño. Me encantaría poder tirarte de las orejas hoy, o pelearme por lo que caiga de la piñata, quitar el envoltorio de los regalos a jirones… pero como no puedo, hazme un favor: resérvame un número de las orejas (el 7 es mi preferido), si cae una sonrisa, corre a por ella que es mía, y quita el envoltorio de cada una de estas letras con cuidado…
Nos vemos pronto. Te quiero estrellita… ¡FELICIDADES!


Canción de la semana: Y llueve (Vega) “y llueve, se mueve este avión, avanza, desangra y desgarra mi voz; me turba y me engaña, me encoge el dolor, hoy llueve y me duele y me alejo del sol…”

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jueves, febrero 15, 2007, rallada de belga_seg a las 2/15/2007 01:27:00 a. m.
Y dime… ¿qué has conseguido? ¿Estás contento? Hoy has roto con las estadísticas. Cada año te superas. ¿Has contado el número de personas en el mundo que han pronunciado hoy tu nombre? Han debido de ser muchas… aunque si te digo la verdad, yo no te he nombrado ni una vez. Y no, no tiene nada que ver con que no haya nadie que viva enamorado de mí. De hecho, estoy convencida de que hay más de una persona enamorada de mí, aunque ni siquiera sean conscientes de ello. Seguro que yo también estoy enamorada de más de una persona… o bueno, no sé. La verdad es que últimamente solo puedo pensar en una… ¿eso qué significa? Tú deberías saberlo… tú y tu amigo Cupidito… algún día deberíamos tener una charla. Los tres. No sé por qué, tengo la sensación de que al final yo os acabaría dando lecciones de eso que no se puede explicar con tres corazoncitos mal recortados y unas flores compradas a última hora.
Lo cierto es que no te he nombrado porque a mi eso de que te empeñes en dártelas de importante una vez al año… no me entra en la cabeza; y mucho menos en el corazón, que es donde se supone que tiene que entrar. Si te soy sincera, me pareces un chiste mal contado. Hoy, mientras todo el mundo era amable y cariñoso, yo he sido mala. Hacía tiempo que no me reía de tanta gente. El chico que iba con el ramo de flores secas en el metro, las dos señoras a las que su empresa les había regalado una rosa, todas las parejas que había en el restaurante donde he comido con el chico de mi vida…
El chico de mi vida es mi ahijado, un rubio guapísimo con los ojos azules y la sonrisa más bonita del universo; creo que he sido de las pocas personas que he podido degustar unos besos del día… Se veía que el resto de las mesas pedían a la carta, o que incluso ya los tenían encargados… pero yo no. Y entre las cosquillas que le hacía y lo gracioso que tú me resultabas, me he echado a reír tanto que he salido de allí con dolor de tripa. Para serte sincera, lo que me ha parecido más gracioso ha sido la máscara gigante con la que estaba cubierta la fachada de El Corte Inglés. Se nota que es época de carnaval.
Al final del día he acabado sintiendo lástima por ti, y yo creo que no hay cosa peor que alguien sienta lástima por otro. Me asustaría si sólo se acordasen de mi nombre una vez al año… Tiemblo al imaginarme siendo lo más importante de la tierra durante tan sólo veinticuatro horas. Veinticuatro horas para quererse… ¡qué pocas horas! Ni dicho en segundos parecen suficientes. Ochenta y seis mil cuatrocientos segundos. Me asfixia. Necesito espacio para todo lo que no cabe ahí. Me ahoga. Mucho. Demasiado. Me das pena… ¿cómo decías que te llamabas? Lo siento, es que estoy fijándome en el reloj… y ya pasó la hora bruja.


Disco de la semana: “Complejidad” (Efecto Mariposa)
Canción: “No me crees”… “No sé soñar si no es contigo, yo sólo quiero volverte a ver y decirte al oído todo lo que te escribo en este papel… entiéndeme”
 
domingo, febrero 04, 2007, rallada de belga_seg a las 2/04/2007 07:08:00 p. m.

“se inventaron un guión del mejor cine, de esos de hoy tatúo mi único ‘te quiero’ sobre tu piel, y mañana el folio se arruga, la tinta se seca y… no te vuelvo a ver…”

-Sí, éh ssierto… shó le dijhe que acá sería felí… era linda, muy linda. Fui shó quien le enseñó haser el amor, sabé? Shevávamo doh meseh jhunto... Fue lindo lo nuehtro… Esha resién lo había dejhado con un boludo que le quiso marcar en el calendario la fecha para el sexo… porque no se amaban, entendíhte? Por eso lo dejhó mientra comensaba conmigo. Shó sí… shó sí la amaba, y la sigo amando... Y esha a mí. Lo sé. Pero ahora no quiere que regresemo… y siempre acaba shorando cuando nos encontramo... Shó vine aquí para shevármela y…
- Cómo la iba a amar si la dejó tirada, aquí, en España. Se fue a Argentina después de prometerle el cielo y el mar. Ella se quedó haciendo malabarismos mentales con su anillo de compromiso, y la ilusión de toda una vida por delante. ¿No se dio cuenta de que tenía 16 años?¿En qué pensaba cuando dejó de contestar al teléfono cada vez que ella lo llamaba? Podía haber tenido un poco más de tacto… delicadeza. Hacer las cosas de otra manera…
- ¡Pero boludo! ¿Qué queré que hissiera? Cuando volví a la Arhentina… y a mis campos… y todo lo que había dejhado durante tres añoh… me pudo la situasión…
- Bueno, comprenda que ahora es a ella a quien le puede la situación. Me ha dicho que le comunique que no quiere volverlo a ver en la vida; si lo hace podría llegar a tomar medidas judiciales… En caso de que me vaya a preguntar… Sí, lo ha dicho llorando…


“él le dijo ‘sho te esperaré al otro lado del charco en mi cabasho, donde acaba el Buenos Aires Urbano’… Y nada sucedió, la historia giró, y ella llora sola y triste en su habitación…”

Javier y yo nos conocimos en un partido de fútbol. Tiene gracia, porque a ninguno de los dos nos gusta el fútbol… la verdad es que es una historia surrealista. Estábamos en el descanso de un Real Madrid-Atlético. Me sonó el móvil… “I am what I am” de Gloria Gaynor. Hasta que lo conocí a él reconozco que me daba un poco de vergüenza que en mi móvil sonase algo tan anticuado… pero era mi canción favorita. Mi novia siempre se reía de mí, porque cada vez que sonaba, me ponía rojo y metía la mano en el bolsillo con una rapidez pasmosa. A ella también le avergonzaba… por eso intentó que cambiase la melodía, pasándome canciones de El Canto del Loco, Hombres G o Blink 182… pero lo cierto es que nunca llegaban a durar más de 24 horas. Mi novia y yo no compartíamos ni el gusto musical. Supongo que por eso lo dejamos…
Yo había comprado dos entradas para el derby, quería darle una sorpresa el día de nuestro aniversario. A ella le apasionaba el fútbol. Yo lo aborrecía. Dos días antes se acabó nuestra relación de 3 años… Me alegró saber que ella era más valiente que yo para romper con una rutina que empezó al tercer día de empezar. Así que como tenía las entradas y nunca había estado en un partido de tanta relevancia, decidí vender una y quedarme con la mía.
Una de esas amigas de toda la vida con complejo de buitre carroñero me llamó en el descanso para saber “qué tal estaba”. Al colgar me encontré a Javier, que estaba sentado en el asiento de al lado, mirándome fijamente. Me hizo gracia su cara, y a él le debió de hacer gracia la mía, porque en seguida me preguntó “¿eso era I am what I am?”. Dice que mi sonrisa en aquel momento no es comparable a ninguna de esas sonrisas que salen en los anuncios de chicles de clorofila. Le conté que era mi canción favorita; él me dijo que a su padre siempre le había gustado Gloria Gaynor, y que “al final todo se pega” (con todo lo que habíamos vivido María y yo, yo no estaba tan seguro de eso).
Él estaba esperando a que llegasen sus amigos, que habían ido a comprar bebida y a “mear”. Él no iba al baño con “tíos, eso es de maricones”. Así que se quedó en las gradas vigilando los abrigos. Estuvimos todo el descanso hablando. Me contó que llevaba con su novia dos años, y que ella era la persona que más le había querido en la vida, que le había ayudado a salir de muchas “movidas”… Me contó alguna de esas “movidas”. La mayoría tenían que ver con los amigos con los que había ido al partido. Intercambiamos teléfonos y empezamos a vernos. Un día, otro día, otro día… descubrimos que éramos tan iguales como distintos. Desde el principio hubo algo especial entre nosotros; química o qué se yo… Lo cierto es que llegó un momento en el que creo que ambos nos empezamos a plantear ciertas cosas.
Javier dejó a su novia, y no lo pasó muy bien durante un par de semanas; semanas en las que nos convertimos en mutuas sombras. “Yo la quiero, mucho, pero ella está enamorada y yo no. Me pregunto si alguna vez he pensado en ella nada más levantarme”, me decía.
Esa frase me impactó… yo sí pensaba en él nada más despertarme. De nuevo fui un cobarde, y de nuevo tuve suerte de tener al lado a alguien valiente… nos costó. A los dos. Nunca nos habíamos sentido atraídos por alguien del mismo sexo. Un día, no sé cómo pasó, pero pasó. Y sigue pasando…


“y es que son finales imposibles o finales descartados, a veces impredecibles, otras más, otras más que augurados… finales que se repiten, pasan sin pena ni gloria de puntillas por la historia, al final son siempre el mismo final complicado, con la banda sonora de un llanto…”

El actor, de 27 años, y la multimillonaria cantante, de 23, confirmaron ayer su ruptura en un comunicado especial enviado a los medios. En el mismo desmienten los rumores de las últimas semanas, y declaran que el fin de la relación no se debe a terceras personas.
Concluye así un amor que tenía encandiladas a las cámaras de todo el planeta. Guapos, ricos, famosos, ¿qué más se le podía pedir a esta pareja? Se conocieron en el rodaje del videoclip de ella, y desde el primer momento se volvieron inseparables… Han sido tres meses de intenso amor paseado por todos los rincones del planeta y todas las portadas de las revistas más glamourosas del mundo.
En estos momentos ella se encuentra comenzando la gira de su nuevo disco, y él inmerso en el rodaje de su primera película como actor protagonista. Parece ser que es cierto eso de que “la distancia es el olvido”.


“Se hicieron daño jugando a quererse demasiado, tropezando en cada esquina se perdonaban la vida y… volvían, ella le escribía otra canción más, concierto privado en la oscuridad…”

No te quiero. Nunca lo he hecho. Tú a mí tampoco, así que ¿para qué ponernos trágicas? llevábamos un año y medio sabiendo lo que había. Yo fui tu consuelo después de lo tuyo con Irene y tú fuiste el mío después de mis 5 años buscando sin encontrar. La verdad es que no sé por qué decidimos “formalizar nuestra relación”, y lo que es peor, forzarla. Vale, es cierto que pasamos un mes en el que si no acabábamos en la cama cada vez que nos encontrábamos, parecía que nos faltaba algo. Pero, ¿y qué? Lo que tú me llevas dando todo este tiempo, me lo pueden dar otras igual o mejor. Todos lo decían, desde el primer momento en que supieron que yo hablaba de ti como “mi novia” y yo era para ti la tuya. Seguro que hemos sido el tema de conversación de mucha gente. Si me hubiesen dejado, yo habría hecho quinielas con nuestra relación… 1… X…2… Siempre fue la X, siempre el seXo. Lo dicho guapa, que te vaya bonito.


“él bailaba su balada, le hacía segundas voces y una noche, una tercera se oyó… y todo sucedió, la historia giró, y ella llora sola y triste en su habitación…”

Su final lo cantaron desde el principio hasta las ranas del estanque. Él, hijo de una familia tradicional, conservadora, católica, con dinero… Ella, el único tesoro de una madre soltera a los 18; sin estudios, sin trabajo… la niña de la voz melancólica y la guitarra rota que se escuchaba un día sí y dos no en la parada de Atocha. Él se aprendió de memoria su agenda de conciertos. Cogía sitio en primera fila, apoyado en la columna, y la miraba y la miraba, y ella lo miraba y lo miraba. Un día él aplaudió. Ella, al reparar en la elegancia de su único espectador, al mirar más allá de una mirada, se asustó. Cogió las cosas. Se fue. Dejó pasar su tren.

“ y es que son finales imposibles o finales descartados, a veces impredecibles, otras más, otras más que augurados… finales que se repiten, pasan sin pena ni gloria de puntillas por la historia, al final son siempre el mismo final complicado, con la banda sonora de un llanto…”


Canción de la semana: “Más agua que en el mar” (Sandro)
“Sé que un día dirás basta, basta ya de tonterías, ya no queda pegamento en este amor de pegatina… juntos en el mismo barco navegábamos un día, y no quedó claro de quién fue la culpa mientras se hundía… Mientras tanto te quiero y no te aguanto…”